Durante la Semana Santa, los costaleros tienen que soportar un gran esfuerzo físico, por ello es importante que se adopten precauciones para evitar lesiones y al igual que los deportistas, la preparación es clave para evitarlas.
Cada hombre o mujer debe soportar una carga de unos 40 a 60 kilos de peso ya que el paso sólo se apoya en los hombros de los costaleros. A esto hay que sumarle que cada hermandad tiene una estación de penitencia de unas 10h. Lo que obtenemos es un día de auténtico esfuerzo y muchas probabilidades de sufrir lesiones si no se tienen precauciones adecuadas.
Antes de la procesión
- Beber mucha agua días antes para evitar roturas fibrilares
- Calentamiento y estiramientos previos al ejercicio, sobre todo con estiramientos musculares del cuello, brazos, piernas y cintura, esto nos va a evitar roturas fibrilares de la musculatura y sobre todo contracturas y esguinces.
- Colocar la protección en zonas propensas a tener lesiones, la protección debe asegurarte el cuello, para eso la molía o la ‘morcilla‘ del costal debe ir situada a unos dos dedos por encima de la nuca. Y para la protección de la región lumbar la mejor opción son los cinturones anchos de halterofilia, ya que favorecen la sujeción de esta zona y además produce calor, siendo este antiinflamatorio.
Durante la procesión
- Una vez iniciada la procesión, mirar al frente, mantener el cuello y espalda recto y meter los riñones durante el paso, así evitaremos lesiones en el cuello o en los lumbares.
- Pisar con toda la planta del pie y las articulaciones del codo y la muñeca ligeramente flexionadas.
- Beber agua frecuentemente en pequeñas dosis, ya que a través del sudor se pierden líquidos e iones, las bebidas adecuadas son el agua y las bebidas isotónicas.
Después de la procesión
- Retirar las protecciones lentamente.
- Cuando termine la estación de penitencia, al igual que cuando se realiza cualquier tipo de deporte, parar lentamente, seguir moviéndose para enfriar el cuerpo con lentitud y realizar estiramientos para relajar los músculos.
- Si en los siguientes días sufres molestias acude a un profesional antes de que estas molestias vayan a más.
Los costaleros no son los únicos que deben tomar precauciones, todo participante en las procesiones tienen que ser conscientes de las grandes caminatas que se dan en Semana Santa o de las largas esperas que hay que aguantar de pie y, con frecuencia, con calzado inapropiado.
Para los espectadores de las procesiones, se aconseja que se protejan del frio o del sol directo, llevar agua para estar bien hidratados y tener preparado algo de fruta por si ocurre una bajada de azúcar. Y si no se tiene donde sentarse, descansar la espalda apoyándola en una pared cercana y no estar mucho tiempo con los pies juntos, sino ir alternando un pie delante y otro detrás para repartir el peso del cuerpo y no sobrecargar las rodillas.