El fútbol que todos conocemos poco a poco se va modernizando.
Solo hay que echar la vista atrás para comprobar como en los últimos años se han estado experimentando muchos cambios en busca de la mejora de este deporte. Ya hemos presenciado la incorporación de innovaciones tecnológicas como el VAR, el “ojo de halcón” o los chalecos GPS entre otros.
Pero es de este último del que hablaremos hoy. Pues es sin duda una de las implementaciones futbolísticas más importantes de los últimos tiempos. No desde el punto de vista del espectador si no del punto de vista del futbolista.
Control total
A través de esta prenda se puede controlar la cantidad de kilómetros que hace un jugador, o la velocidad que puede alcanzar, obteniendo así una información mucho más detallada de su perfil físico, y esto es tan solo una faceta de las muchas que contiene pues entre todas las variables que recoge se encuentran: los sprints (se consideran cuando haya una aceleración de más de 21 km/h), todos los impactos que recibe el futbolista durante el partido, el ritmo cardíaco, los índices de fatiga muscular, las aceleraciones y desaceleraciones y las zonas del terreno de juego donde el jugador más ha estado.
Con los chalecos GPS los preparadores físicos pueden controlar la información de la prenda en tiempo real, durante el entrenamiento, o volcarla posteriormente en un ordenador para analizar e interpretar los datos. Así pueden decidir las cargas de trabajo que hay que aplicarle o dejando descansar a aquellos jugadores cuyos parámetros indican que corre riesgo de sufrir una lesión.
Los clubes hablan
Algunos clubes manifiestan que la utilización de estos chalecos ha reducido en un 50% las lesiones o sobrecargas producidas en periodos de pretemporada, así que es más que evidente que se están cumpliendo los objetivos marcados.